El panorama económico en España sigue generando inquietud en el sector empresarial. Un reciente sondeo revela que el 93,6% de las empresas señala el impacto negativo que está teniendo el alza de la presión fiscal y la falta de ajustes en el IRPF para adaptarse a la inflación. Esta situación, junto con un deterioro en la «calidad institucional», preocupa a gran parte del tejido empresarial que ve con recelo el futuro económico del país.
La Presión Fiscal y la No Deflactación del IRPF: Dos Factores Críticos
Las empresas advierten que la elevada presión fiscal está asfixiando la competitividad y el crecimiento económico. Desde el aumento de impuestos hasta la falta de ajustes en el IRPF para adaptarse al aumento del coste de vida, el entorno fiscal actual se percibe como un obstáculo que dificulta la actividad empresarial. En un contexto de inflación persistente, la falta de deflactación del IRPF implica que las rentas se vean penalizadas, lo que reduce el consumo y afecta directamente a las empresas que dependen de la demanda interna.
La presión fiscal elevada y la carga tributaria, en general, son temas que suelen generar debate. Sin embargo, cuando un 93,6% de las empresas coinciden en señalarlo como un problema grave, queda claro que es una preocupación que debe ser atendida. Las compañías necesitan un entorno favorable que les permita crecer y generar empleo, y una estructura fiscal rígida y elevada puede limitar esas oportunidades.
Deterioro de la Calidad Institucional
Además del tema fiscal, las empresas también mencionan un «deterioro de la calidad institucional». Esto se refiere a la percepción de que las instituciones públicas no están actuando de manera eficiente o transparente, lo que crea incertidumbre y reduce la confianza en el entorno económico. La falta de claridad en la regulación, cambios normativos constantes y una percepción de ineficiencia en la gestión pública son factores que pueden desmotivar la inversión y afectar la capacidad de las empresas para operar de forma sostenible.
La Percepción Actual del Entorno Económico: Mejoras y Desafíos Persistentes
El sondeo muestra que, si bien la percepción negativa del entorno económico sigue siendo alta, con un 41% de empresas manteniendo una visión pesimista, esta cifra ha mejorado casi diez puntos respecto al año pasado. Esto podría indicar una ligera recuperación o adaptación por parte de algunas empresas que han encontrado formas de hacer frente a los desafíos actuales. Sin embargo, el optimismo aún es limitado. Solo el 30,1% de las empresas consultadas expresa una percepción favorable del entorno económico actual, lo que revela que el camino hacia la estabilidad aún no está claro.
Previsiones para 2025: Un Escenario Más Desalentador
A pesar de la leve mejoría en la percepción para este año, las expectativas para 2025 son menos optimistas. Las previsiones muestran que el porcentaje de empresas con una visión negativa del futuro económico se dispara al 47,5%, mientras que las que mantienen una perspectiva positiva se reducen al 24,1%. Este cambio en el sentimiento empresarial sugiere que, de cara al futuro, hay grandes preocupaciones sobre posibles aumentos adicionales en la presión fiscal, falta de apoyo institucional y otros factores macroeconómicos que podrían afectar negativamente al sector privado.
La preocupación por el futuro refleja la necesidad de tomar medidas urgentes para crear un entorno más favorable para las empresas. Si el porcentaje de compañías con una visión negativa sigue aumentando, esto podría traducirse en una menor inversión, menos creación de empleo y, en última instancia, un menor crecimiento económico para el país.
¿Qué Necesita el Sector Empresarial para Recuperar la Confianza?
Para revertir estas previsiones preocupantes y fomentar una visión más positiva, el sector empresarial demanda varias acciones clave:
Revisión de la presión fiscal: Las empresas piden una reestructuración del sistema impositivo que alivie la carga fiscal actual y promueva la competitividad. Ajustar el IRPF para reflejar la inflación actual y ofrecer incentivos fiscales para la inversión y la innovación podrían ser pasos importantes.
Mejora de la calidad institucional: Es fundamental restaurar la confianza en las instituciones públicas mediante la mejora de la transparencia, la eficiencia y la estabilidad normativa. Esto ayudaría a reducir la incertidumbre y animaría a las empresas a invertir a largo plazo.
Estabilidad y previsibilidad: Las empresas necesitan un entorno regulador que sea estable y predecible. Los cambios normativos constantes crean inseguridad y dificultan la planificación estratégica. Un marco legal claro y constante es esencial para que las empresas puedan crecer y desarrollarse.
Conclusión
El futuro económico de España depende, en gran medida, de la capacidad del gobierno y las instituciones para crear un entorno que favorezca el crecimiento empresarial. El sondeo muestra que, aunque ha habido una ligera mejora en la percepción actual del entorno económico, las expectativas para 2025 reflejan una preocupación creciente. La presión fiscal, la falta de ajuste del IRPF y el deterioro en la calidad institucional son obstáculos que deben abordarse con urgencia.
El sector empresarial pide cambios concretos que permitan un respiro a las compañías y fomenten la competitividad y la inversión. Solo así se podrá transformar el panorama actual y crear un entorno más favorable para el crecimiento económico en los próximos años.